lunes, 15 de noviembre de 2010

Sonrisa



Porque es la comisura de tus labios
la que determina cada día mi estado de ánimo.

"La felicidad es hacer lo que deseas y desear lo que haces."

"No sueñes tu vida, vive tus sueños."

sábado, 13 de noviembre de 2010

Retomando el camino

Retomando se vuelve,
se vuelve retornando…
Se vuelve queriendo volver,
dando un pasito detrás de otro, poquito a poco,
a pesar de que las piernas me tiemblen a causa de la incertidumbre.
Se vuelve abriendo bien los ojos,
mirando lo que queda atrás y lo que se atisba en el horizonte.
Se vuelve estando dispuesto a lo que venga,
diciendo "aquí estoy",
queriendo recorrer el sendero elegido para mi.
Pero sobre todo,
se vuelve con esperanza y una gran sonrisa en la cara.




martes, 16 de febrero de 2010

"Cañones de infelicidad"


Hace un tiempo vi, por casualidades de la vida, un video de un conocido. (http://www.youtube.com/alconero#p/u/2/Pt-HDDNs1gY)

Se disponía a cantar un rap, que había compuesto él mismo, pero antes decidió dedicar unas sabias palabras a su público, dando así una bella lección para que los allí presentes la pusieran en práctica en su día a día. Lo que el joven dijo fue lo siguiente:


“Un profesor que tuve, denominaba a las personas incrédulas como “cañones de infelicidad”. Rápidamente me di cuenta de que yo también suelo desconfiar bastante de las palabras e intenciones de mis novias, de mis amigos, de mi familia… de todos en general, y me di cuenta de que eso me hacia más infeliz. Por lo tanto, desde ese día soy un crédulo completo y creo que todos deberíamos ser unos crédulos completos por lo siguiente: porque cuando tú confías en alguien, te estás anticipando a que saque lo mejor de si mismo y sea sincero. Esa es la conclusión a la que yo llegue. No se puede vivir a la defensiva. Tienes que salir al terreno de juego a jugar el partido aunque te vayan a meter algún gol.”


Creo que las palabras de éste joven son de lo más sabias en su sencillez; sabias porque en muy pocas palabras dicen mucho, “cuando tú confías en alguien, te estás anticipando a que saque lo mejor de si mismo y sea sincero”.


Hay ocasiones en las que sabemos que vamos a fallar, que estamos metiendo la mata, hasta al fondo, pero como dice mi amigo, hay que ser valiente y salir a jugar ese partido a pesar de la goleada que sabes que te pueden llegar a meter. Realmente, ¿merece la pena arriesgar tanto por un solo partido? Sé que habrá gran diversidad de opiniones ante semejante cuestión.

Creo que en ocasiones es mejor meter la pata y aprender del error cometido, y seguir adelante, aun con la pierna rota, que quedarte en casa sentadita sin haber jugado el partido de tu vida. La pierna se curará algún día y podrá volver a andar; sin embargo, quedarte sin haberlo intentado te reconcomerá siempre.

Porque al fin y al cabo la vida es eso, no es ni más ni menos que un partido de fútbol. Te has entrenado, lo has preparado con todo tu esfuerzo, pero hasta que no sales al campo, no sabes lo que te deparan esos 90 minutos.

Hay infinidad de cosas que no están en nuestras manos, que no podemos controlar el curso que llevan, pero lo que sí podemos es ir por la vida con confianza y sinceridad, sin escudos ni corazas, aunque sea peligroso y nos puedan lanzar alguna flecha cuando estemos desprevenidos. Si vamos con corazas nos perdemos, sin conocer a los de nuestro alrededor, sin descubrir la vida; en cambio, cuando vamos con el pecho al descubierto, sin ningún tipo de blasón, permitimos que los demás sean realmente como son, que se nos descubran con sus defectos, pero también con sus virtudes y con las cosas que les hacen ser verdaderamente únicos y especiales.

Puede parecer utópico, pero propongo que por un tiempo nos desabrochemos la armadura, para mostrarnos tal y como somos y tengamos el vigor suficiente para obrar con sencillez y acorde con lo que nos dicta lo más hondo de nuestro ser. Solo por un tiempo, y veamos que tal nos va.
Sinceramente, creo que la respuesta a la pregunta de antes, sobre si merece la pena arriesgarlo todo por un partido, cambia cuando en vez de un partido, la cosa se trata del partido. Ahora, cada cual verá cual es el partido de su vida, y ¡a empezar a jugar!.

Así que como dice mi amigo, ¡seamos un poco más crédulos!

jueves, 28 de enero de 2010

"Nada es para siempre"

Hace un par de días, leía lo que una amiga había escrito.(http://cuandolavidasecomplica.blogspot.com/2009/11/nada-es-para-siempre.html)
Decía que “nada es para siempre”, que hay que aprender a asimilar esto para, poco a poco, aprender a vivir.

En cierta manera, querida amiga, estoy contigo; pero no puedo dejar de pensar en que tiene que haber algo, tan solo una cosa, por muy pequeña e insignificante que sea, que dure para siempre. No quiero resignarme a pensar que todo se pierde, que “se va disipando y esfumado poco a poco hasta quedarse sin valor”.

Yo no creo en los sentimientos de usar y tirar, no creo en los “te quiero” falsos, o las experiencias vacías. Creo que hay momentos importantes en la vida, que te marcan, que te dejan huella, pero que después de un tiempo el barro en el que éstas han sido marcadas se ha endurecido y la hondura de esa huella ya no es tan profunda como lo era en su principio. Creo que compartimos esa idea…

A pesar de todo, no creo que la huella se borre por completo; no creo que se esfume y desaparezca. Yo soy más de pensar que se transforma, que va a otro lugar, como dice la canción: “cada una da lo que recibe; luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra norma; todo se transforma”.
No tengas miedo a que la huella se difumine, piensa que aquello que entregaste está ahora en otro lugar, siendo entregado a otra persona diferente.

Habrá algo para siempre si hacemos que nuestras vidas, aunque algún día terminen, no sean insignificantes, si les damos un verdadero sentido, que nos haga felices a nosotros mismos y a los que nos rodean, con sinceridad y honestidad, intentando no jugar con las personas y sin tratarlas como meros objetos desechables.

Creo que mientras haya corazones sinceros, corazones que sientan y palpiten de verdad, (y sinceramente, creo que sí los hay) habrá algo para siempre, ¡¡te lo aseguro!!

PD = Gracias por haberme inspirado.

viernes, 8 de enero de 2010

Llámenlo como quieran

¿Como se le llama a levantarte una mañana y encontrar un poema de Mario Benedetti en la mesa de la cocina, con una dedicatoria, una confesión de amor?
¿Cómo se le llama a recibir un beso, un abrazo o una caricia sin un porqué? Y ¿a sonreír sin motivo, solo por el simple hecho de sentirte viva?
¿Cómo se le llama a no poder describir algo con palabras?
¿Cómo se le llama a cuando se te ponen los pelos de punta al oír una vieja canción o al oler un aroma conocido que lleva tu mente al pasado y a su vez al futuro?

Les dejo que lo denominen como mejor les parezca; pónganle el nombre que ustedes quieran; lo importante es que alguna vez en la vida experimenten esto.

Les dejo con los bellos versos de Benedetti.

Táctica y estrategia
Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos.
Mi táctica es hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.
Mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos.
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.