jueves, 28 de enero de 2010

"Nada es para siempre"

Hace un par de días, leía lo que una amiga había escrito.(http://cuandolavidasecomplica.blogspot.com/2009/11/nada-es-para-siempre.html)
Decía que “nada es para siempre”, que hay que aprender a asimilar esto para, poco a poco, aprender a vivir.

En cierta manera, querida amiga, estoy contigo; pero no puedo dejar de pensar en que tiene que haber algo, tan solo una cosa, por muy pequeña e insignificante que sea, que dure para siempre. No quiero resignarme a pensar que todo se pierde, que “se va disipando y esfumado poco a poco hasta quedarse sin valor”.

Yo no creo en los sentimientos de usar y tirar, no creo en los “te quiero” falsos, o las experiencias vacías. Creo que hay momentos importantes en la vida, que te marcan, que te dejan huella, pero que después de un tiempo el barro en el que éstas han sido marcadas se ha endurecido y la hondura de esa huella ya no es tan profunda como lo era en su principio. Creo que compartimos esa idea…

A pesar de todo, no creo que la huella se borre por completo; no creo que se esfume y desaparezca. Yo soy más de pensar que se transforma, que va a otro lugar, como dice la canción: “cada una da lo que recibe; luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra norma; todo se transforma”.
No tengas miedo a que la huella se difumine, piensa que aquello que entregaste está ahora en otro lugar, siendo entregado a otra persona diferente.

Habrá algo para siempre si hacemos que nuestras vidas, aunque algún día terminen, no sean insignificantes, si les damos un verdadero sentido, que nos haga felices a nosotros mismos y a los que nos rodean, con sinceridad y honestidad, intentando no jugar con las personas y sin tratarlas como meros objetos desechables.

Creo que mientras haya corazones sinceros, corazones que sientan y palpiten de verdad, (y sinceramente, creo que sí los hay) habrá algo para siempre, ¡¡te lo aseguro!!

PD = Gracias por haberme inspirado.

viernes, 8 de enero de 2010

Llámenlo como quieran

¿Como se le llama a levantarte una mañana y encontrar un poema de Mario Benedetti en la mesa de la cocina, con una dedicatoria, una confesión de amor?
¿Cómo se le llama a recibir un beso, un abrazo o una caricia sin un porqué? Y ¿a sonreír sin motivo, solo por el simple hecho de sentirte viva?
¿Cómo se le llama a no poder describir algo con palabras?
¿Cómo se le llama a cuando se te ponen los pelos de punta al oír una vieja canción o al oler un aroma conocido que lleva tu mente al pasado y a su vez al futuro?

Les dejo que lo denominen como mejor les parezca; pónganle el nombre que ustedes quieran; lo importante es que alguna vez en la vida experimenten esto.

Les dejo con los bellos versos de Benedetti.

Táctica y estrategia
Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos.
Mi táctica es hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.
Mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos.
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.